Sexy, Rubia y Loca

Posted: sábado, 3 de julio de 2010 by ~ Luis Omar ~ in
0

Cuando Fabián miró su reloj se dio cuenta que había pasado dos horas desde que comenzó a chatear. Era la medianoche de un miércoles en Lima y él era el único que estaba en la oficina, a parte del vigilante, que lo miraba con curiosidad.

 
«!Como se ha pasado el tiempo!» pensó para si, mientras se pasaba la mano derecha por el cabello y apagaba la computadora. La conversación con una tal Rubiecita en uno de los canales del chat lo había absorbido tanto que alteró su percepción del tiempo como si fuera una droga. Fabián se despidió de su nueva amiga virtual y terminó de apagar el CPU. En su cabeza todavía resonaban las palabras de rubiecita: «Escríbeme por favor, me gustan los latinos».

Minutos antes de la despedida Fabián le pidió su foto, pero rubiecita no quiso dárselo. Aun así él se la imaginaba como una chica alta, espigada, de lindas cejas y claro, de cabello rubio como el de Cameron Díaz. Para ser más honestos Fabián se la imaginaba como si fuera un clon de la actriz de Loco por Mary. Por eso mientras caminaba por las desoladas calles de Miraflores llena de altos edificios y vigilantes privados, no dejaba de pensar en esa chica.
Fabián tomó un taxi en Pardo con destino a su casa en Jesús María. En el trayecto se puso a conversar con el taxista. El tipo resultó ser un Ingeniero Civil desempleado que le confesó a Fabián que como taxista no le iba tan mal. Para comenzar ganaba más dinero que en una oficina, tenía mucho mayor libertad y sobre todo mejor suerte con las chicas. «No te imaginas hermano. Hay noches que hasta las mujeres te buscan. Te lo juro, está ciudad es extraña hermano.» Fabián impresionado por la sinceridad del conductor se atrevió a contarle el caso de su nueva ciberamiga. El taxista ingeniero se quedó callado, no dijo esta boca es mía, mudo, mutis total, mientras Fabián le contaba que todo comenzó en un canal llamado pasalavoz.com en el servidor de Global Chat en donde había entrado para coquetear un rato mientras hacia tiempo para irse a su casa. Fue en ese momento que la vio a rubiecita y se puso a conversar con ella. Lo que siguió fueron dos horas de conversación medio extraña, pero no por eso menos interesantes. La tipa decía ser una inglesa que vivía en México DF en donde estudiaba arqueología. Era rubia y con unas lindas pecas en la nariz. Se había descrito como delgada tirando para atlética y sobre todo sexy. El taxista se mantuvo callado hasta que le preguntó
—¿Cómo sabes que ella es quien dice ser?
—Bueno la verdad es que no lo sé. Respondió algo sorprendido Fabián.
—¿Y si es un zambo que dice ser una rubia?
—Ja-ja-ja- No te pases pues hermano, respondió Fabián en tono de broma.
—¿Cómo me dices que se llama el canal dónde la conociste?
—Pasalavoz.com
—Ajá. ¿Y ella tiene como nick, Rubiecita?
—Así es, Pero ¿por qué preguntas tanto? Dijo Fabián medio intrigado con el taxista.
—Porque rubiecita no existe, respondió de lo más serio el taxista.
—¿Cómo? ¿A qué te refieres? preguntó Fabián.

—Rubiecita es un bot. Un programa robot en un servidor IRC. Mejor dicho es un software creado por un programador que ha creado un programa capaz de responder a una serie de preguntas predeterminadas construidas a partir de tu conversación. No es una broma hermano, es verdad. Mi hermano menor que estudia electrónica en la UNI me vino con la noticia hace unas semanas e incluso lo probamos desde una cabina. Es el “deshueve” hermano y te lo juro por Dios que no es ciencia ficción lo que te estoy contando. Pregúntale a los chateros del IRC y te vas a caer de culo cuando te digan que lo que te digo es verdad. Mi hermano y sus amigos de la UNI la ponen a la tal rubiecita en diferentes canales del chat para jugarles bromas a los despistados como tú.
—¿Queeeeeé?
—Te lo juro. La secuencia de construcción comienza utilizando la palabra con la que tu replicas o preguntas. Entonces se arma una cadena secuencial de conversación unida por una palabra en común. Si no me crees entra nuevamente a ese canal y pregúntale a la tal rubiecita: ¿Qué hora es? No te va a responder jamás con la hora exacta. Sólo va utilizar la palabra hora para construir otra frase incidental. Tu insístele como esa pregunta y en menos de cinco minutos la rubiecita se va a rallar. También puedes utilizar palabras absurdas que no existan en el diccionario y pronto la tal rubiecita las va a utilizar para responderte.
Fabián le dijo al taxista que volteara a la derecha, luego a la izquierda y que lo dejara junto al Toyota plomo que estaba estacionado al costado de una casa a mitad de la cuadra. Allí no vivía, su departamento estaba como a cinco cuadras, pero luego de haber escuchado toda esa historia que sonaba tan real, quería pensar un rato, quería caminar...

..Por Daniel Flores Bueno de Crónicas Marcianas...

0 comentarios: